Los aminoglucósidos son antibióticos ampliamente utilizados que han reportado efectos secundarios importantes, como nefrotoxicidad, vestibulotoxicidad y pérdida auditiva. Algunas variantes en el gen MT-RNR1 se asocian con un mayor riesgo de pérdida de audición inducida por esta familia de fármacos, por lo que, de forma general, se desaconseja su uso en personas portadoras.
Antibióticos aminoglucósidos (Reacciones adversas)
Los aminoglucósidos son una familia de antibióticos ampliamente utilizada para el tratamiento de las infecciones bacterianas. Su perfil de seguridad está muy bien estudiado, han demostrado amplia eficacia y pueden utilizarse en combinación con otros antibióticos como los betalactámicos. La estreptomicina fue el primer antibiótico aminoglucósido aislado en 1943 y desde entonces la clase ha crecido significativamente incluyendo a otros como la neomicina, la gentamicina, tobramicina, amikacina, netilmicina, paromomicina, kanamicina, framicetina, dibekacina, sisomicina, isepamicina o plazomicina.
Estos antibióticos son especialmente eficaces contra bacterias gram-negativas, aunque también son activos para las gram-positivas. Las bacterias gram-negativas que son tratadas con aminoglucósidos incluyen: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Klebsiella oxytoca, Enterobacter cloacae, Enterobacter aerogenes, Providencia spp., Proteus spp., Morganella spp., Serratia spp., Yersinia pestis, y Francisella tularensis. Entre las bacterias gram-positivas que son tratadas con aminoglucósidos se incluyen: Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii.
A dosis elevadas o en tratamientos prolongados, los aminoglucósidos pueden tener importantes efectos secundarios por ello, su uso suele estar restringido al tratamiento de infecciones graves como la neumonía o la septicemia. Se pueden administrar por vía oral, tópica, oftálmica y parenteral, siendo esta última la más eficaz.
Los principales efectos secundarios de estos antibióticos son nefrotoxicidad, ototoxicidad, neurotoxicidad y bloqueo neuromuscular, que son más frecuentes en personas mayores o en tratamientos prolongados. La ototoxicidad suele ser reversible, aunque hay casos de sordera permanente que se asocian a la presencia de mutaciones en el gen MT-RNR1 del ADN mitocondrial, presentes en un 1-5% de la población. La identificación de estas variantes es de gran utilidad para prevenir la ototoxicidad inducida por aminoglucósidos. En estos individuos el uso de esta familia de aminoglucósidos debe quedar restringido a situaciones en las que el beneficio supere al riesgo.
Genes analizados
12S RNA (MTRNR1)
Bibliografía
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