Detección del olor a espárragos

Tras la ingesta de espárragos, algunas personas pueden detectar un inconfundible aroma en la orina. No todas las personas tienen esta capacidad que está influenciada por la genética.

El epitelio nasal contiene una gran cantidad de receptores olfativos especializados en la detección de moléculas de olor. Usando diferentes combinaciones de receptores, los humanos pueden detectar miles de olores diferentes. La disponibilidad de los distintos tipos de receptores es lo que determina qué olores pueden detectarse o no.

Cuando comemos espárragos, se producen en el organismo compuestos sulfurados (metanotiol y S-metil-tioésteres) que se excretan por la orina y que le dan ese olor característico. Sin embargo, el reconocimiento del olor a espárragos en la orina varía entre las personas habiendo algunas incapaces de detectarlo. La explicación más probable es que estas diferencias individuales se deban a una anosmia específica (pérdida del sentido del olor). Las anosmias específicas son comunes para los olores biológicamente importantes, como las hormonas esteroideas volátiles, el sudor y el olor de la orina humana en diferentes estados nutricionales.

En algunas personas, los receptores implicados en la detección de este tipo de olor son menos funcionales y esto puede venir determinado genéticamente. Sin embargo, las anosmias específicas no son rasgos de todo o nada, sino que existen rangos continuos de detección de olores y es posible que sea también el caso de la detección del olor a espárragos. Algunas personas son más sensibles que otras, detectando el olor con más facilidad mientras que otras son casi incapaces de detectarlo.