Angina de pecho

La angina es un dolor o molestia en el pecho producido por la isquemia o falta de aporte sanguíneo correcto al músculo cardiaco. Es un síntoma de la enfermedad de las arterias coronarias. Es una dolencia bastante común, pero si no se trata puede derivar en infarto de miocardio.

La causa más común es la reducción del flujo sanguíneo al músculo cardiaco, por lo tanto, este no recibe el suficiente aporte de oxígeno (isquemia). Lo más habitual es que esto suceda por la presencia de placas de ateroma o aterosclerosis en el interior de las arterias que las hacen más estrechas.

Se han identificado los siguientes factores de riesgo relacionados con la angina de pecho:

• Edad, ya que es más habitual a partir de los 60 años.
• Antecedentes familiares y personales de enfermedad coronarios.
• Tabaquismo, que puede debilitar la pared de las arterias.
• Diabetes, enfermedad que puede acelerar aterosclerosis si no se controla adecuadamente.
• Hipertensión, que mantenida en el tiempo puede dañar las arterias.
• Niveles elevados de colesterol o triglicéridos.
• Sedentarismo.
• Obesidad y sobrepeso.
• Determinadas afecciones médicas como la enfermedad renal crónica, enfermedad arterial periférica o síndrome metabólico.
• Estrés.

Los síntomas de la angina de pecho pueden variar dependiendo del tipo. Entre ellos, se encuentran la angina estable que es el tipo más común en la que los síntomas aparecen durante la actividad física, la angina inestable que ocurre en reposo y supone una emergencia médica, la angina variante causada por espasmos de las arterias coronarias, y la angina refractaria con episodios sintomáticos recurrentes.

El síntoma principal de la angina de pecho es dolor o molestia en esta zona, aunque también puede causar los siguientes síntomas:

• Ardor
• Presión o dolor opresivo en brazos, cuello, mandíbula, hombro y/o espalda
• Mareos y fatiga
• Náuseas y dolor abdominal
• Falta de aire
• Sudoración

La principal causa de la angina de pecho es la presencia de placas de ateroma en las paredes de los vasos sanguíneos, por lo que la mejor forma de prevenirla es reducir los factores que favorezcan su aparición. Entre ellos:

• Evitar el tabaco
• Llevar una dieta saludable
• Practicar ejercicio físico de forma regular
• Perder peso en caso de necesitarlo
• Controlar adecuadamente otras afecciones como la diabetes, hipertensión o hiperlipidemias
• Reducir el estrés