El asma es una enfermedad crónica causada por una inflamación de las vías respiratorias que se estrechan, dificultando la respiración y provocando la falta de aire. Los síntomas suelen tener lugar en forma de ataques (crisis asmáticas) que aparecen tras la exposición a factores desencadenantes, como sustancias alérgenas, ciertos medicamentos, infecciones víricas o tabaco, entre otros. Se trata de un importante problema de salud a nivel mundial, con una prevalencia de entre el 5 y el 14% de la población.
Asma
Hasta el momento no se ha identificado una única causa directa del asma, aunque sí se han identificado muy distintos factores de riesgo relacionados con la enfermedad. Entre ellos están:
- Presencia de otras alergias. Se ha demostrado que el asma es más frecuente en personas que sufren otras alergias, eccemas o rinitis.
- Urbanización: el asma es más frecuente en personas que viven en grandes urbes, probablemente debido a factores que guardan relación con el estilo de vida.
- Problemas en el desarrollo y maduración pulmonar durante la infancia, asociado a la prematuridad, exposición al humo del tabaco, insuficiencia ponderal del recién nacido o infecciones respiratorias víricas.
- Exposición a alergenos y sustancias irritantes del medio ambiente como ácaros, contaminación del aire, sustancias químicas, humos o polvo
- El sobrepeso y la obesidad en niños y adultos.
Síntomas
El asma es una enfermedad crónica que hace que los pulmones se hinchen y se estrechen provocando una serie de síntomas característicos, que pueden variar de una persona a otra. En la mayoría de los casos, el asma cursa con ataques, con minutos o días de duración, separados por periodos sin síntomas. Durante el periodo agudo se puede experimentar:
- Tos con o sin producción de flema.
- Tiraje intercostal (tirantez de la piel de entre las costillas al respirar).
- Dificultad para respirar que empeora con la actividad.
- Sibilancias al respirar.
- Dolor o rigidez en el pecho.
- Dificultad para dormir.
- Patrón de respiración anormal.
En ocasiones, pueden aparecer síntomas más graves que requieren atención médica inmediata como color azulado de la piel, disminución de la lucidez mental, dificultad respiratoria extrema o pulso rápido.
Prevención
Hasta la fecha no hay medidas efectivas para prevenir la aparición del asma, pero puede ser tratada para prevenir los principales factores desencadenantes y evitar nuevos ataques.
- Evitar respirar sustancias alergénicas como el polen, los ácaros del polvo, los hongos o el pelo de animales (especialmente de gato y perro). Evite o reduzca la exposición a los ácaros, evitando alfombras, moquetas y peluches en su casa.
- Evitar el uso de medicamentos como la aspirina u otros antiinflamatorios no esteroideos.
- Evitar la exposición a sustancias irritantes como el humo del tabaco, la contaminación ambiental, los productos de limpieza, las lacas, etc.
- Evitar medios húmedos y cálidos como piscinas cubiertas, o hacer ejercicio físico intenso.
Además de los tratamientos farmacológicos, que podrían ser necesarios para controlar los síntomas del asma (principalmente dilatadores bronquiales y corticoides inhalados), en algunos casos se dispone de inmunoterapia, es decir, vacunas contra la alergia. Este tratamiento es el único que ha demostrado reducir el curso natural de la enfermedad alérgica, aunque su beneficio potencial depende del tipo de alergia y no se recomienda para todos los pacientes con asma.
Número de variantes observadas
13,5 millones de variantes
Número de loci de riesgo
123 loci
Genes analizados
Bibliografía
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