Consiste en una anomalía del ritmo cardíaco caracterizada por episodios descoordinados de actividad eléctrica auricular (fibrilación), que provoca un latido rápido e irregular. Es el tipo más frecuente de arritmia cardíaca con una prevalencia del 0.5% en la población. Si no se trata puede provocar mareos, dolor en el pecho, o desmayos, así como aumentar el riesgo de ictus y muerte súbita.
Fibrilación auricular
No existe una causa como tal descrita par la fibrilación auricular. En la mayoría de las ocasiones está asociada con anomalías estructurales del corazón como defectos cardíacos congénitos, enfermedades valvulares, coronarias o miocardiopatías, así como antecedentes quirúrgicos o de ataques cardíacos. Sin embargo, en ocasiones no se asocia a ninguna patología cardíaca subyacente. En este sentido los siguientes factores, además de la posible contribución genética, pueden estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollo de fibrilación auricular:
- Edad avanzada. cuanto mayor sea la persona, mayor será el riesgo.
- Presión arterial alta especialmente si no se encuentra controlada.
- Obesidad.
- Hipertiroidismo y otras afecciones crónicas como diabetes, síndrome metabólico, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar o apnea del sueño.
- Estrés psicológico o físico inducido por cirugía, neumonía o infecciones virales u otras enfermedades.
- Consumo de alcohol excesivo sobre todo en casos compulsivos, y el uso de estimulantes, incluidos determinados medicamentos, anfetamina, cafeína o tabaco.
- La población con ascendencia Europea presenta un riesgo incrementado de fibrilación auricular.
Síntomas
La sintomatología asociada a la fibrilación auricular es ampliamente variable. Algunos pacientes no presentan ninguna manifestación mientras que otros pueden presentar alguno de los siguientes:
- Sensación de latidos cardíacos rápidos, aleteo o palpitaciones fuertes.
- Dolor, presión o malestar en el pecho.
- Mareos, aturdimiento.
- Fatiga, cansancio excesivo o debilidad.
- Falta de aliento, menor capacidad para hacer ejercicio.
Prevención
Seguir un estilo de vida saludable para el corazón puede ayudar a prevenir o tratar afecciones como la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas. Estos cambios incluyen de forma general:
- Seguir una dieta saludable para el corazón rica en frutas, vegetales y cereales integrales. Limitar el consumo de sal y grasas.
- Hacer ejercicio de forma regular todos los días y aumentar la actividad física.
- Dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol, y restringir el consumo de cafeína contenida en productos como el té, café, bebidas energéticas o refrescos de cola.
- Mantener bajo control la presión arterial, los niveles de colesterol y los niveles de azúcar en sangre.
- Lograr o mantener un peso saludable. El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Número de variantes observadas
13,5 millones de variantes
Número de loci de riesgo
134 loci
Genes analizados
Bibliografía
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National Health Services [April 2022]
Center for Disease Control and Prevention [April 2022]
Nielsen JB et al. Biobank-driven genomic discovery yields new insight into atrial fibrillation biology. Nature Genetics. 2018 Sep;50(9):1234-1239.