La gota o enfermedad gotosa es una patología producida por un incremento en los niveles de ácido úrico en sangre (hiperuricemia) que provocan la acumulación de cristales de urato en una articulación, causando inflamación y dolor de manera repentina. La articulación más afectada es la primera metatarso-falange del pie. Su prevalencia es, aproximadamente, del 1% en los países desarrollados.
Gota
La causa de la gota es la aparición de cristales de urato en la articulación, lo que causa inflamación y dolor. La formación de estos cristales se produce por el aumento de los niveles de ácido úrico en sangre, producto de descomposición de las purinas, que son sustancias que están en el cuerpo de forma natural y en muchos alimentos.
Entre los factores de riesgo asociados a la enfermedad gotosa se encuentran:
- Alimentación. Un consumo excesivo de alimentos ricos en purinas como la carne roja, mariscos, bebidas azucaradas, o alcohol incrementan de forma notable el riesgo a padecer la enfermedad.
- En las personas con sobrepeso, el organismo produce más ácido úrico y los riñes tienen menor capacidad para eliminarlo.
- Afecciones médicas no tratadas, como la hipertensión, diabetes, obesidad o enfermedades renales.
- Ciertos medicamentos, como algunos diuréticos, fármacos para la hipertensión o los betabloqueantes.
- Tiende a desarrollarse entre los 30 y 50 años.
- Los hombres son más propensos a padecerla, aunque, tras la menopausia, el riesgo de las mujeres se iguala al de los hombres.
Síntomas
Esencialmente la gota produce artritis (inflamación articular), casi siempre de forma aguda y en una sola articulación, pudiendo inflamarse intensamente en pocas horas. Al inflamarse la articulación se hincha, su superficie puede enrojecerse, y se vuelve casi siempre intensamente dolorosa, por lo que la movilidad puede repercutirse por el propio dolor. Algunas veces la inflamación puede ser menos intensa y las molestias más llevaderas.
Las articulaciones en las que se puede sufrir ataques de gota son diversas, pero las más habituales son la del dedo gordo del pie (a lo que se llaman ataques de podagra), empeine, tobillo, rodilla, muñeca o alguna articulación de los dedos de la mano.
Prevención
La gota es una enfermedad prevenible en gran medida evitando, principalmente, los factores de riesgo. Las acciones aconsejadas son las siguientes:
- Mantener un peso saludable. Las personas obesas son más propensas a sufrir ataques de gota.
- Llevar una alimentación saludable, evitando el consumo a carnes rojas, mariscos, pescados grasos o azules, y favoreciendo la ingesta de frutas y verduras.
- Evitar el consumo de alcohol y bebidas carbonatadas.
- Llevar un buen control de salud, sobre todo de patologías como la hipertensión, diabetes o cardiopatías.
13,5 millones de variantes
22 loci
Bibliografía
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