Melanoma maligno cutáneo

Se origina en los melanocitos, las células productoras de melanina, pigmento que da color a la piel y la protege de los rayos UV. El 90% aparece en la piel, aunque también puede manifestarse en los ojos o rara vez, en el interior del cuerpo. Supone sólo el 1% de los cánceres de piel, y aunque se asocia al peor pronóstico, si se detecta a tiempo tiene altas posibilidades de ser curado.

Las células de la piel se desarrollan de una manera controlada y ordenada. Las células nuevas empujan a las antiguas hacia la superficie de la piel donde mueren y se eliminan del organismo. Cuando algunas células adquieren daños en el ADN, puede desencadenarse un crecimiento incontrolado de las células nuevas que originan este cáncer de piel.

La mayoría de las veces, los cambios genéticos relacionados con el melanoma se adquieren durante la vida y no se transmiten (no heredados). En algunos casos, ocurren aleatoriamente en una célula, sin tener una causa clara y en otros, es probable que ocurran como resultado de una causa externa. Por ello es probable que una combinación de factores ambientales y genéticos conduzca al desarrollo del melanoma.

Los rayos ultravioleta (UV), especialmente de tipo B aunque también los de tipo A, son causa principal de melanoma ya que pueden dañar el ADN de las células de la piel. No obstante, la luz UV no provoca todos los melanomas, especialmente aquellos que se producen en lugares del cuerpo no expuestos a la luz solar, por lo que otros factores pueden influir en el riesgo de melanoma.

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo que tiene una persona de desarrollar melanoma:

  • Exposición solar: la vida en grandes alturas o en áreas con luz solar intensa durante todo el año tienen un mayor riesgo, así como permanecer al aire libre durante el mediodía periodos prolongados.
  • Bronceado en interiores en camas solares, salones de bronceado, o lámparas solares. Se desaconseja en absoluto su uso.
  • Lunares: las personas con muchos lunares o lunares inusuales, grandes con forma y color irregular (nevus displásicos o lunares atípicos) presentan mayor riesgo.
  • Piel clara: las personas de tez clara, cabello rubio o colorado, ojos azules, y pecas tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma. Este riesgo también es más alto en las personas que tienden a quemarse la piel en vez de broncearse.
  • Cáncer de piel previo. Las personas que ya tuvieron un melanoma o cáncer de piel de células basales o escamosas tienen mayor riesgo de desarrollar melanoma.
  • Origen étnico: si bien puede desarrollarse en individuos de cualquier etnia, las personas con ascendencia caucásica tienen 20 veces mayor riesgo que las de origen africano.
  • Edad: ocurre en adultos jóvenes con más frecuencia que muchos otros tipos de cáncer. La mediana de edad de diagnóstico se encuentra alrededor de los 50 años.
  • Sistema inmunitario debilitado: tanto por enfermedades como por tratamientos inmunosupresores, implican mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel incluido melanoma.

Adicionalmente, y con menos frecuencia, es posible heredar cambios genéticos de los progenitores que aumenten el riesgo de melanoma. Alrededor del 10 % de las personas con melanoma tienen antecedentes familiares de la enfermedad, el riesgo de desarrollar melanoma es de 2 a 3 veces mayor que el riesgo promedio en caso de presentar un familiar cercano afecto. Este riesgo aumenta si varios miembros de la familia que viven en lugares diferentes recibieron un diagnóstico de melanoma. Además, se han descrito formas familiares hereditarias de melanoma debidos a cambios en genes específicos como CDKN2A, CDK4, P53, y MITF, aunque son poco frecuentes. Otras afecciones hereditarias (Xerodermia Pigmentosa, Síndrome de Li-Fraumeni, o cáncer hereditarios de mama y ovario entre otros), también se asocian a mayor riesgo de melanoma.

Síntomas

Los melanomas pueden formarse en cualquier parte del cuerpo, aunque más frecuentemente aparecen en zonas que han estado expuestas al sol (espalda, piernas, brazos o rostro). También pueden producirse zonas sin exposición solar, como plantas de los pies, palmas de las manos o lechos de las uñas, aunque esto ocurre habitualmente en individuos con la piel más oscura.

Los cambios en el tamaño, la forma, el color o la textura de un lunar, frecuentemente son los primeros signos de advertencia. Estos cambios se pueden producir en un lunar existente, o en forma de lunar nuevo o de aspecto inusual, no obstante, también puede aparecer en la piel de aspecto normal. En el 75-80% de los casos el melanoma aparece sin que haya habido un lunar previo.

La regla ABCDE resume las características de sospecha de una lesión cutánea pigmentada:

  • Asimetría: La lesión NO es redondeada.
  • Bordes: Los bordes son irregulares.
  • Color: La lesión presenta distintos colores no homogéneos.
  • Diámetro: El tamaño de la lesión es mayor de 6mm.
  • Evolución: las características anteriores han presentado cambios en el tiempo.

Prevención

Pese a que actualmente se continúa tratando de esclarecer las causas del melanoma y por tanto su prevención, y no existe una forma consistente evitar su desarrollo por completo, si se puede actuar sobre los factores conocidos para tratar de reducir en la medida de lo posible el riesgo. La forma más importante de reducir el riesgo de melanoma es protegerse de la exposición a los rayos UV:

  • Limitar o evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día, cuando la radiación solar es más intensa dependiendo de la localización geográfica. Permanecer preferiblemente a la sombra.
  • Usar ropa que proteja del sol, sombreros que protejan cara, cuello, y orejas, así como prendas con factor de protección UV y gafas de sol con protección UV.
  • Emplear abundante protector solar de amplio espectro contra la radiación UVA y UVB con factor de protección solar (FPS) de al menos 30 en todo el cuerpo, incluso si el día está nublado, cada 2 horas o más frecuentemente en caso de transpirar o bañarse.
  • Evitar las lámparas o camas solares y salones de bronceado.
  • Examinar la piel regularmente incluyendo el autoexamen para comprobar si hay nuevos bultos o cambios en lunares, pecas, protuberancias y marcas de nacimiento existentes, y la evaluación por parte de un profesional.

Es posible que en estas circunstancias sea necesario Incluir buenas fuentes de vitamina D en su dieta, o incluso el uso de suplementos.

Número de variantes observadas

13,5 millones de variantes

Número de loci de riesgo

60 loci

Genes analizados

ADGRV1 AHR ATM ATP11A BACH2 CCND1 CDCA7L CDH1 CDKAL1 CDKN2A CDKN2B CERS2 CLPTM1L CYP1B1 DCST2 DSTYK DTNB EIF2S2 FHIP2B FLACC1 FOXD3 FOXQ1 GPR37 GPRC5A HAL HDGFL1 HLA-DQB2 IRX3 KIAA0930 KLF4 LMO3 MC1R MED13L MFSD12 MKLN1 MPHOSPH6 MSC MTAP MX2 MYNN OCA2 PARP1 PLA2G6 PLXNB2 PPARGC1B RAPGEF1 RTEL1-TNFRSF6B SLC45A2 SOX6 STN1 TCF25 TERT TLCD5 TRPA1 TYR TYRP1 WRAP53 ZNF462

Bibliografía

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