Osteoartritis de rodilla

Es el resultado del desgaste y la pérdida progresiva del cartílago articular que finalmente puede conducir a una discapacidad limitante con el tiempo, aunque la tasa de progresión varía para cada individuo. Es el tipo más común de artritis diagnosticada, con una incidencia anual de 240 casos cada 100000, pero continúa incrementando actualmente conforme lo hace la esperanza de vida y la obesidad.

La artrosis de rodilla es el resultado de la degeneración del cartílago articular para el que actualmente se desconoce su causa. Normalmente se piensa en un desgaste propio de la edad, pero también a la propia condición de la enfermedad, dado que existen diferencias en los cartílagos de la artrosis y del envejecimiento. Además, existe una expresión elevada de las enzimas responsables de la degradación del cartílago en la artrosis de rodilla frente a valores normales en el envejecimiento normal.

No obstante, además de una tendencia heredada a padecer osteoartritis, o ciertas características hereditarias como tener las piernas arqueadas, las rodillas juntas o laxitud articular, existen diversos factores adicionales que pueden contribuir a un mayor riesgo de desarrollar osteoartritis de rodilla:

  • Edad: el riesgo aumenta conforme se avanza en años, aunque suele aparecer a partir de los 40 años.
  • Género: las mujeres son más propensas, aunque se desconoce el motivo.
  • Sobrepeso u obesidad: un índice de masa corporal (IMC) es de 30 o más supone un importante factor de riesgo incrementando hasta 7 veces las probabilidades de padecer osteoartritis de rodilla dado el estrés añadido sobre las articulaciones. Además, el tejido graso produce proteínas que pueden causar inflamación en las articulaciones y alrededor de estas.
  • Lesiones en la rodilla, desvíos o deformidades articulares.
  • Sobrecarga frecuente en la rodilla en un contexto laboral o deportivo.
  • Enfermedades: gota, artritis reumatoide, patologías metabólicas como la hemocromatosis por depósito de hierro en las articulaciones o defectos de sobreproducción de la hormona de crecimiento pueden aumentar su riesgo de tener esta enfermedad.

Síntomas

Los síntomas de la artrosis con frecuencia se desarrollan con lentitud y empeoran con el tiempo. El dolor es el síntoma más común de la artrosis de rodilla tanto en movimiento como en reposo. Adicionalmente otros posibles síntomas que pueden presentarse incluyen:

  • Rigidez, bloqueo o sensibilidad de la articulación, especialmente tras un largo periodo sin movimiento.
  • Perdida de flexibilidad de la articulación.
  • Hinchazón, sensación de calor, o inflamación de la rodilla.
  • Presencia de bultos duros (osteofitos) alrededor de la articulación.
  • Chasquidos o crujidos durante el movimiento.
  • Debilidad de la articulación en estado erguido.

Prevención

Aunque no siempre se puede prevenir la artrosis de rodilla, hay medidas que ayudarían en la reducción del riesgo de desarrollarla:

  • Mantener un peso saludable.
  • Descansar y buscar un sueño reparador mínimo de entre 6-8h cada día.
  • Incorporar ejercicios de fuerza en la medida de lo posible para fortalecer la musculatura de la zona y reducir el desgaste sobre la propia articulación.
  • Limitar el impacto del ejercicio físico sobre la rodilla, realizando ejercicios como natación o ciclismo, y en caso del footing o correr hacerlo sobre hierba o terrenos blandos y evitar las superficies compactas.

Número de variantes observadas

13,5 millones de variantes

Número de loci de riesgo

11 loci

Genes analizados

ALDH1A2 AP3B1 CAVIN2 COL27A1 LTBP1 NQO1 SBNO1 SMG6 SOX9 UQCC1 USP8

Bibliografía

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