Osteoporosis

Es el resultado de la pérdida de masa ósea y del cambio de la estructura del hueso progresiva, que implicará una mayor proporción de huecos que del propio tejido. Esto conducirá a una mayor fragilidad y propensión a las fracturas frecuentemente de la cadera, la columna vertebral y la muñeca. Es una de las condiciones más frecuentes a nivel mundial con una prevalencia cercana al 18,3%.

Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación. Durante la juventud el desarrollo de huesos nuevos es más veloz que su degradación, por lo que la masa ósea aumenta. Pero a medida que se avanza en edad la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea. En base a esto el desarrollo de osteoporosis dependerá entre otros factores del máximo de masa ósea alcanzado que se encuentra en parte determinada por un componente hereditario y por el grupo étnico. A parte, existen otra serie de diversas categorías de factores de riesgo que podrán influir en la probabilidad de desarrollar osteoporosis:

Factores no modificables:

  • Edad avanzada. Aunque también puede aparecer en edades más tempranas.
  • Género. Las mujeres son mucho más propensas, particularmente cuando disminuyen los niveles de estrógenos: con la menopausia temprana o histerectomía especialmente si también se extirpan los ovarios, en ambos casos especialmente si se da antes de los 45 años, también por la ausencia de menstruación durante más de 6 meses como consecuencia de un exceso de ejercicio o de una dieta excesiva.
  • Niveles de determinadas hormonas. Hormonas sexuales, concretamente estrógenos en la mujer con la menopausia o el tratamiento hormonal en cáncer de mama dependiente de estrógenos, o testosterona en el hombre en el tratamiento contra el cáncer de próstata. Hipertiroidismo o exceso de la hormona tiroidea en el tratamiento del hipotiroidismo. Hiperactividad de las glándulas paratiroides y de las suprarrenales.
  • Origen étnico asiático o caucásico no hispano.
  • Estructura ósea pequeña dada la disponibilidad de menor masa ósea.
  • Fracturas previas por lesiones leves especialmente tras los 50 años, o antecedentes familiares particularmente si existen fracturas de cadera.

Factores modificables:

  • Desórdenes alimenticios como anorexia nerviosa y bulimia que restringen la ingesta de alimentos, así como cirugía gastrointestinales que limitan la cantidad de superficie disponible para absorber nutrientes
  • Tabaquismo y consumo en exceso de alcohol.
  • Niveles bajos de calcio y vitamina D, aportado desde la dieta a partir desde la adolescencia o absorción inadecuada.
  • Estilo de vida sedentario o inmovilidad como el reposo en cama prolongado.

Otras enfermedades óseas:

  • Enfermedades endocrinas: hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, enfermedad de Cushing, etc.
  • Artritis inflamatoria, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celíaca, enfermedades renales o hepáticas, neoplasias, etc.

Consumo de medicamentos:

Glucocorticoides a largo plazo, heparina, anticonvulsivantes, inmunosupresores, antineoplásicos.

Síntomas

Normalmente en las etapas iniciales no se presentan síntomas. Una vez los huesos están debilitados se podrían presentar los siguientes signos y síntomas:

  • Dolor de espalda, provocado por una vértebra fracturada o aplastada.
  • Pérdida de estatura con el tiempo.
  • Una postura encorvada.
  • Articulaciones dolorosas o rigidez.
  • Un hueso que se rompe mucho más fácilmente de lo esperado, por ejemplo, tras una lesión menor.

Prevención

Los cambios en el estilo de vida relacionados con la alimentación y el ejercicio físico son las medidas más recomendables en la prevención de la osteoporosis:

  • Asegurar la ingesta de calcio apropiada bien mediante la alimentación (productos lácteos, vegetales de hoja oscura, frutos secos, zumo de naranja) o suplementos si es necesario. Entre los 18 y los 50 años 1000 miligramos al día. Esta cantidad aumenta a 1200 miligramos para mujeres desde los 50 años y hombres desde los 70. Se recomienda no superar los 2000 miligramos diarios para mayores de 50 años.
  • Asegurar la ingesta de Vitamina D apropiada necesaria para favorecer la absorción de calcio. Se obtiene a partir de la exposición a la luz solar, alimentos como pescado azul, carne roja, yemas de huevo, hígado. La ingesta recomendada es de al menos 600UI por día y a partir de los 70 años, 800 UI por día. En caso de que sea necesario pueden emplearse suplementos.
  • Dejar de fumar y limitar el consumo del alcohol.
  • Realizar ejercicio físico regularmente al menos 30 minutos al día, incluyendo entrenamiento de fuerza para fortalecer los huesos, la musculatura y retrasar la pérdida ósea. El ejercicio que puede mejorar el equilibrio puede ayudar a evitar las caídas.
  • Tratar de planificar estrategias para evitar en la medida de lo posible las caídas.

Número de variantes observadas

13,5 millones de variantes

Número de loci de riesgo

7 loci

Genes analizados

AKAP11 AQP1 CTNNB1 FAM3C MEPE PPP6R3 SFRP4 STARD3NL WLS WNT16

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