Síndrome de piernas inquietas

Es un trastorno del sueño, presente en el 5-10% de la población, caracterizado por una sensación de incomodidad en las piernas y un impulso incontrolable y urgente de moverlas. A menudo se da al final del día, con mayor intensidad en posiciones de reposo o largos periodos de inmovilidad lo que dificulta con frecuencia el sueño y el descanso, y conduce a la alteración del funcionamiento diurno.

La causa subyacente es actualmente desconocida. Se ha descrito un componente genético más relevante sobre todo en casos de aparición temprana de los síntomas. Las investigaciones también sugieren un trastorno en el funcionamiento de la dopamina, neurotransmisor involucrado en la regulación del movimiento, o a su desequilibrio frente a la serotonina. Adicionalmente, en parte de los casos también parece estar asociado con otras patologías simultáneas:

  • Deficiencia de hierro probablemente relacionado con la alteración a nivel del control del movimiento por la dopamina que requiere hierro para su correcto funcionamiento.
  • Insuficiencia renal terminal y hemodiálisis, ya que se puede cursar con deficiencia de hierro o anemia, así como otras anomalías bioquímicas que pueden desencadenar o empeorar el síndrome de piernas inquietas.
  • Déficit de circulación sanguínea en las piernas o trastornos musculares.
  • Deficiencias de vitaminas o minerales.
  • Consumo de alcohol, nicotina y cafeína.
  • Embarazo, especialmente en el último trimestre, aunque en la mayoría de los casos desaparecen tras pocas semanas del parto.
  • Neuropatía (daño en los nervios) que afectan a los pies o las manos.
  • La falta de sueño y otras alteraciones como la apnea pueden agravar o desencadenar los síntomas.
  • Determinados fármacos que podrían agravar los síntomas como los empleados en prevención de las náuseas, antipsicóticos, antidepresivos que aumentan la serotonina, o fármacos que para el resfriado o alergias que contienen antihistamínicos.

Síntomas

Puede desencadenarse a cualquier edad, pero es más frecuente en la cuarta década de la vida. El principal síntoma es la necesidad de mover las piernas. Suele ocurrir en ambos lados del cuerpo y con menor frecuencia, estas sensaciones se presentan en los brazos y rara vez el pecho o la cabeza. Las sensaciones en las extremidades se alivian con el movimiento como estiramientos, sacudir las piernas o caminar. Es frecuente que los síntomas varíen en intensidad, incluso de un día para otro, y entre personas. Incluso en ocasiones desaparecen por periodos de tiempo y para volver a aparecer posteriormente, aunque, por lo general los síntomas tienden a volverse más graves con el tiempo.

Puede acompañarse de espasmos nocturnos en las piernas por la noche. Lo que podría estar asociado con el desorden de movimiento periódico de las extremidades durante el sueño que suelen presentarse frecuentemente de forma simultánea.

Las sensaciones, que se presentan resultan complicadas de definir, y generalmente se describen como cosquilleo, hormigueo, tirones, sensación pulsátil, dolor, picazón o carga eléctrica.

Prevención

No se dispone de medidas específicas de prevención del síndrome de piernas inquietas, sin embargo, cambios en el estilo de vida puede ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas:

  • Establecer una buena higiene del sueño estableciendo un horario regular diario de al menos 7 horas en un ambiente fresco, tranquilo y confortable. Evitar comidas copiosas antes de dormir, y dejar trascurrir al menos 2h desde la cena.
  • Hacer ejercicio físico moderado y regular puede aliviar los síntomas. No obstante, el ejercicio intenso o cercano a las horas de sueño puede intensificarlos.
  • Evitar o reducir la cantidad de cafeína diaria, tanto en forma de café o té como de otros alimentos como chocolate, o refrescos de cola.
  • Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol.
  • Relajar la musculatura con baños y masajes de agua tibia.
  • El uso de frío o calor, o alternar entre ellos en forma de compresas, puede disminuir las sensaciones en las extremidades.
  • Reducir el estrés en la medida de lo posible. Prueba la meditación, el yoga, la música suave u otras opciones.
  • Atender a las posibles causas que pudieran estar contribuyendo al síndrome de piernas inquietas, como el déficit de hierro, consumo de fármacos relacionados, anomalías de la función renal, etc.

Número de variantes observadas

13,5 millones de variantes

Número de loci de riesgo

24 loci

Genes analizados

ATP2C1 BTBD9 C1D CCDC148 CCDC167 CRBN DACH1 DCDC2C DMAC1 DPH6 LMO1 MEIS1 MICALL2 MYT1 PRAC1 PRMT6 PTPRD RANBP17 SEMA6D SETBP1 SKOR1 SLC40A1 TOX3 ZNF804B

Bibliografía

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