El trastorno bipolar es una afección mental caracterizada por cambios extremos en el estado de ánimo que afectan al humor, pensamiento, comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Afecta durante meses o años, por etapas, donde la calma y el comportamiento normal se intercalan con episodios maniacos y depresivos. Según la OMS, afecta a 45 millones de personas en el mundo, siendo la sexta causa de discapacidad en el mundo.
Trastorno bipolar
La causa es de origen biológico y genético. El sistema límbico es el responsable de regular las emociones y de mantener un estado de ánimo estable y acorde a las circunstancias. En las personas afectadas con trastorno bipolar, el sistema límbico no funciona correctamente por lo que su estado de ánimo sufre cambios bruscos sin motivos aparentes.
Además, existen una serie de factores de riesgo que pueden ayudar a desencadenar la enfermedad:
- Antecedentes familiares. El trastorno bipolar tiene una fuerte base genética aumentando notablemente el riesgo si hay parientes directos afectados.
- Consumo de drogas como el cannabis o la cocaína.
- Determinados fármacos, como los corticoides pueden desencadenar episodios en personas susceptibles.
- Parto y posparto. En algunas mujeres pueden actuar como desencadenantes. Además, las mujeres susceptibles o diagnosticadas con trastorno bipolar son más propensas a sufrir depresión postparto.
- Abandono de la medicación. Es el principal factor de riesgo y causa de recaídas en personas diagnosticadas con trastorno bipolar.

Síntomas
El trastorno bipolar se caracteriza por la alternancia de episodios maniacos con episodios depresivos, de duración variable. Cada una de las fases se caracteriza por diferentes aspectos, aunque las manifestaciones pueden ser muy variables de una persona a otra.
La fase maniaca se caracteriza por:
- Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión.
- Agitación, aumento de la actividad o energía.
- Sensación exagerada de bienestar.
- Menor necesidad de dormir.
- Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol.
- Distracción.
La fase depresiva, a su vez, puede incluir los siguientes síntomas:
- Tristeza o bajo estado de ánimo.
- Dificultad para concentrarse.
- Problemas de alimentación, inapetencia y pérdida de peso.
- Fatiga y cansancio.
- Sentimiento de minusvalía o culpa.
- Pérdida de placer en actividades que alguna vez disfrutaba.
- Pérdida de la autoestima.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
- Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado.
- Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba.
Ambas fases pueden provocar dificultades evidentes para realizar las actividades cotidianas como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones.
Prevención
No existe una forma eficaz de prevenir el trastorno bipolar. Sin embargo, el abordaje terapéutico temprano puede ayudar a que el trastorno empeore y puede conseguir una buena calidad de vida.
En el caso de haber sido diagnosticado con trastorno bipolar o de tener un familiar de primer grado afectado, es importante que se tenga en cuenta lo siguiente:
- Prestar atención a las señales de advertencia. Tratar los síntomas de forma temprana puede ayudar a minimizar sus efectos.
- Evitar las drogas y alcohol.
- Tener una buena higiene del sueño.
- Tomar correctamente la medicación. Abandonar el tratamiento o reducir la dosis puede ayudar a desencadenar nuevos episodios.
Número de variantes observadas
13,5 millones de variantes
Número de loci de riesgo
63 loci
Genes analizados
Bibliografía
Mullins N, Forstner AJ, O'Connell KS, et al. Genome-wide association study of more than 40,000 bipolar disorder cases provides new insights into the underlying biology. Nature Genetics. 2021 Jun;53(6):817-829.