La cafeína es una de las sustancias psicoestimulantes más populares y consumidas. La principal fuente de cafeína es el café, que se ha extendido a lo largo de todo el mundo gracias a su sabor y propiedades tanto estimulantes como antioxidantes. Sin embargo, también puede producir efectos no deseados que dependen de diversos factores como la edad, el sexo, nuestro estado de salud y la genética.
Cafeína y ansiedad
La cafeína es una sustancia que se encuentra de forma natural en las hojas, semillas y frutos de más de 60 plantas como las hojas de té, nueces de cola y los granos de café y cacao. También puede sintetizarse de forma artificial y agregarse a los productos alimentarios y a ciertos medicamentos.
En dosis bajas, la cafeína produce una leve euforia, estado de alerta y un mayor rendimiento cognitivo. Sin embargo, a dosis altas puede producir nauseas, ansiedad, temblores y nerviosismo.
Cuando una persona consume cafeína de forma regular suele ser tolerante a los efectos producidos por la cafeína. No obstante, hay personas que son más sensibles a la ansiedad que produce la cafeína o que sufren insomnio cuando la consumen y, por tanto, toman menos cantidad de cafeína o la evitan.
La cafeína puede emplearse para el alivio a corto plazo de la fatiga o de la somnolencia, pero, no todas las personas responden igual, ni son tan tolerantes a sus efectos adversos. La variabilidad en el consumo de cafeína entre personas puede explicarse, en parte, por factores genéticos que influyen en el metabolismo de la cafeína o que afectan a otros procesos fisiológicos relacionados con el efecto de esta sustancia, como la sensibilidad a la ansiedad.
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.Genes analizados
Bibliografía
Childs E., Hohoff C., et al. Association between ADORA2A and DRD2 polymorphisms and caffeine-induced anxiety. Neuropsychopharmacology. 2008 Nov;33(12):2791-800.