En la segunda fase de daño muscular inducido por el ejercicio tiene lugar un proceso inflamatorio en el cual determinadas variantes genéticas pueden contribuir a un mayor o menor daño muscular.
Daño muscular inducido por ejercicio (segunda fase)
Ciertas variaciones génicas, o polimorfismos, se han asociado con el daño muscular inducido por el ejercicio, es decir, las personas con ciertos genotipos experimentan un mayor daño muscular y requieren una recuperación más prolongada después del ejercicio extenuante.
En la fase inicial del daño muscular se produce daño de tipo mecánico. La segunda fase es una consecuencia de la primera y consiste en una respuesta inflamatoria. Los productos que es originan a partir del tejido muscular dañado atraen a las células inmunes (proceso conocido como quimiotaxis) que iniciarán el proceso inflamatorio. Además, se produce la liberación de ciertas moléculas, conocidas como citoquinas (principalmente IL1B, IL6 y TNF) que potencian el proceso inflamatorio.
Las variantes en los genes que codifican para estas citoquinas parecen estar implicados en el desarrollo de esta segunda fase inflamatoria de daño muscular.
Bibliografía
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