La presión intraocular (PIO) es la medida de la presión del líquido que se encuentra en el interior del ojo y desempeña un papel esencial en el mantenimiento de la forma y la función del globo ocular. Variaciones en la PIO están vinculadas a enfermedades oculares como el glaucoma, el desprendimiento de retina y la uveítis.
Niveles de presión intraocular
La presión ocular, conocida como presión intraocular, se refiere a la presión del líquido en el interior del ojo. El ojo contiene dos líquidos, el humor vítreo en la cámara posterior y el humor acuoso en la cámara anterior. La PIO está principalmente determinada por el equilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso.
La medida estándar de la PIO se realiza en milímetros de mercurio (mmHg), y los valores normales se ubican entre 10 y 20 mmHg. Tener una presión ocular anormalmente alta o baja puede ser perjudicial para la visión. La hipertensión ocular es la elevación de la PIO sin síntomas adicionales, y puede no causar daño en algunos individuos, mientras que otros pueden sufrir pérdida de visión incluso con una PIO aparentemente normal. El glaucoma, en cambio, es una enfermedad en la cual una PIO alta crónica puede dañar el nervio óptico y causar pérdida de visión permanente, si no se trata adecuadamente. La presión intraocular (PIO) constituye el único factor de riesgo modificable en relación con el glaucoma. Por esta razón, es de vital importancia controlar y reducir la PIO, ya que desempeña un papel fundamental en la prevención y en la ralentización del avance de esta enfermedad ocular.
Los factores no genéticos que han sido relacionados con la presión intraocular (PIO) incluyen la presencia de diabetes tipo 2, la presión arterial sistólica (tanto hiper- como hipotensión), el índice de masa corporal, la miopía extrema, la edad, los antecedentes familiares de glaucoma o hipertensión ocular, la etnia (donde los africanos e hispanos presentan un mayor riesgo), el uso prolongado de esteroides y la historia de lesiones o cirugías oculares previas.
Para prevenir la hipertensión ocular y mantener una buena salud ocular en general, es importante programar exámenes oculares regulares, evitar fumar y utilizar medidas de protección como gafas de sol. Además, una dieta saludable con verduras de hojas verdes y pescado rico en ácidos grasos omega-3, junto con la práctica de ejercicio regular y el control de la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre, son medidas fundamentales para mantener una buena salud ocular.
13,5 millones de variantes
158 loci
Bibliografía
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